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La propuesta se amolda para mantener el nivel de fachada de los vecinos, creando una inserción
respetuosa en un barrio consolidado.
Una vivienda de una planta se conforma con una serie de espacios que tamizan la privacidad de la vivienda desde el parrillero
contra la fachada, hasta llegar a un patio privado en el fondo que da respiro a los dormitorios.
Se trata de una vivienda introvertida hacia tres tipos de espacios exteriores diferentes. El estar-comedor, protagonista de la
vivienda, se extiende visualmente hacia el frente (parrillero) y adquiere un carácter único con la inclinación de la cubierta. El
bloque de servicios alterna baños y cocina con patios interiores que iluminan el acceso a los dormitorios. Estos últimos
adquieren una privacidad mayor al abrirse a un patio trasero, inesperado, íntimo.
Proyecto realizado junto con Leonardo Botto y Federico Lapeyre.